Su dureza espiritual (v. 11) y torpeza. No eran receptivos sino tardos en entendimiento, lo que dificultaba la tarea del escritor. No estaban listos para recibir la enseñanza espiritual. Oir no significa solo percibir sonidos, sino además ser receptivos y atender al mensaje para obedecerlo. El cristiano puede ser “tardo para oir” (“reacios” o “perezosos”, según otras versiones) respecto de la recepción y comprensión de lo oído, cuando no es espiritual (1 Co. 2:14), no tiene interés (Mt. 13:13) o
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